Después de muchos años en clases todos sabemos la diferencia entre un buen profesor y uno malo. Los colegios se esfuerzan en tratar de encontrar al profesor perfecto, y parece que por fin han dado con la clave. Y es que esta profesora es perfecta, se mire como se mire viendo sus resultados. Podemos no creerlo, podemos pensar incluso que sus métodos se alejan bastante de las clásicas ideas sobre pedagogía con la que trabajan los demás, pero lo que está claro que lo que consigue es palpable a simple vista.
Los alumnos permanecen en silencio, atendiéndole a cada gesto que hace. Es difícil no mirarla, claro, ya que va con ropa bastante sugerente. Eso sí, cumple perfectamente los clásicos cánones de vestir de traje, con su correspondiente corte elegante para asistir a clase como se debe. No sabemos si es un ejemplo a seguir, eso sí.
Parece que son los chicos los que más aprovechan la clase, centrándose en contestar las preguntas para alegrar a esta mujer. Es sin duda una buena muestra de que para atraer la atención en clase solo tenemos que recurrir a los métodos más clásicos. Esperemos que nuestras futuras profesoras sean como ella.