Este hombre es mucho más que un simple adivino, es un auténtico maestro de adivinar todo solo mirándote, con un pequeño ritual que apenas consiste en tocarte las manos. La incredulidad de los infieles se cae rápidamente ante este señor, que no duda cuando les dice datos personales de su vida que, como bien dice una mujer que aparece, realmente muy pocas personas podrían saber. Sin la ayuda de consultar a conocidos de ellos consigue saberlo todo.
¿Cómo lo hace? Es muy difícil de adivinar ya que es capaz incluso de decirles el número de su tarjeta de crédito, algo que en un principio debería ser prácticamente imposible de descubrir a menos que fueses alguien muy cercano. Un prodigio en la adivinación que llega a producirnos miedo al ver de lo que es capaz, dejándonos completamente indefensos ante su poder.
Todo por supuesto tiene truco, y en este caso aparte de ser realmente ingenioso es una importante lección para nuestra vida diaria hoy en día. Nunca debemos subestimar el poder de algunos medios que utilizamos diariamente porque pueden volverse en nuestra contra, habiendo gente capaz de sacarles provecho. En este caso el hombre protagonista ha sabido hacerlo de la mejor manera posible.