Hoy no hay trabajo fácil, ni siquiera el de ladrón. Con los tiempos que corren cada vez son más las personas que se animan a entrar en este curioso oficio, dedicándose al pillaje y a acaparar todo lo posible por ajeno que sea. Pero esta vez tenemos a una persona un tanto especial, un ladrón muy tonto que ha metido la pata de una forma increíble, tan grande que no nos podemos imaginar qué habrá sido de él a estas alturas porque cuando uno empieza así se entra en una espiral de errores larga larga.
Cuando entran a robar en un cibercafé todo va como la seda al principio. Los clientes no se mueven de sus asientos y los dependientes se muestran colaborativos, dejando que les roben como si fuese lo habitual. Pero no todo podía ir tan bien, siempre que las cosas marchan como esperamos es que algo va a ocurrir que se sale completamente de nuestro control.
El ladrón queda atrapado dentro de la tienda. Al cerrarse la puerta ya no puede abrirla, lo que hace que todos se queden mirándole sin saber qué hacer. Situaciones así son bochornosas pero que encima tu amigo se vaya corriendo y te deje ahí solo es aún peor