Ya conocemos las obras de arte que se hacen en las playas con arena y agua, mucha paciencia montones de horas y grandes dosis de imaginación y como no, dedicación.
Auténticos castillos de arena que nos recuerdan nuestros años de infancia con nuestro cubito y la pala, nuestros puentes por donde venía la ola, en fin.. Pero como todo sueño, se puede venir abajo si alguien como nuestra reportera se mete por medio, estropeando la maravilla de castillo que le llevó al artista 16 días. Todo es poco para animar al hombre que armado de nuevo de paciencia intenta reconstruir el imperio perdido.