Poder llegar a los 143 años es sin duda una auténtica hazaña por mucho que alguien se cuide y trate de llevar una vida de la forma más sana posible. Esta mujer lo ha conseguido, pasando a ser automáticamente la mujer más vieja del mundo, y con holgada diferencia. No solo es la sensación de su pueblo, el mundo entero se ha hecho eco de esta agradable noticia al saber que hay personas que siguen manteniendo la ilusión de vivir a pesar de la edad.
Su secreto para la longevidad no parece ser otro que el de tener una actitud positiva ante la vida, haciendo que cada segundo de ella merezca la pena por las experiencias que podemos vivir. Con hijos, nietos, bisnietos y tataranietos sin duda esta mujer ha sabido aprovecharla con lo que realmente importa, que es permanecer siempre junto a la familia.
Con la historia de esta mujer no podemos más que emocionarnos, deseando que le queden muchos más años todavía para que pueda seguir enseñando su sonrisa a todas las personas que la rodean. Esperemos que desde hace años esté disfrutando sin preocupación alguna, porque desde luego se ha ganado el vivir de forma relajada y descansada.
